Una serie de variantes, han provocado que la industria europea se encuentre en una situación sin precedentes. La escasez y volatilidad de las materias primas, así como su elevada subida de precio; sumado a la crisis del transporte internacional y la necesidad global, han obligado a Europa a replantear el estado actual de su industria. La Comisión Europea ha asegurado que nos encontramos ante la “transformación industrial más grande” que ha sufrido el continente.
No es un secreto decir que el sector industrial no se encuentra en uno de sus mejores momentos. De hecho, según la Asociación Española de Fabricantes de Bienes de Equipos Eléctricos (AFBEL), Europa se encuentra en “una situación de incertidumbre sin precedentes”.
Problemática del transporte
Especialmente debido a los problemas y el encarecimiento del transporte a nivel global. En parte, debido a la situación excepcional provocada por la crisis del COVID-19, que ya no solo produjo un parón y posterior atasco en sus primeros meses: sino que, además, las medidas de seguridad permanentes debido a las continuas oleadas del virus, detienen aún más los problemas que anteriormente ya afectaban al comercio internacional. Por otro lado, las disputas gubernamentales entre China y EEUU, que llevan sucediéndose ya durante un largo periodo, influyen también en el transporte global.
Es por todo ello que China, el mayor exportador del planeta, tenga que lidiar con sus puertos y navieras saturados; además de los problemas por transporte terrestre, provocando que los periodos de envíos se hayan elevado entre un 40 y un 50% con respecto a años anteriores. Todo esto se traduce en un encarecimiento del transporte, produciéndose un incremento de su valor que excede un 900% de la cifra original. Si antes un contenedor costaba entre 1.500 y 1.800 dólares, actualmente el precio se encuentra entre los 14.000 y 15.000 dólares, situación sin precedentes en Europa.
Precios con valores históricos
Sin embargo, el transporte no es el único de los obstáculos a los que el sector se enfrenta. Entre el 25 y el 50% de las principales materias primas han sufrido una elevación de precio histórica, entre las que se encuentran el aluminio, acero o cobre.
Fuente: EL PAÍS
El aluminio ha alcanzado en 2021 su mayor precio en 10 años (+31%), alcanzando un máximo de 2.615 dólares/tonelada. Por su parte, el cobre ha llegado a su máximo valor de todos los tiempos, 10.724 dólares/tonelada, lo que supone una crecida de un 50%.
Consecuencias
Esta crisis de suministros y transporte afecta a un gran número de industrias y empresas. Obligando incluso a parar la producción en algunas fábricas debido a la falta de componentes, lo que se traduce en un colapso generalizado de la industria.
Uno de los productos más demandados, del que se sufre una gran escasez, son los semiconductores. Estos componentes son necesarios para una gran variedad de artículos en diversos sectores. Desde coches, electrodomésticos o industria; son muchos los microchips que se necesitan en el mercado.
Uno de los mayores problemas actualmente es que faltan semiconductores, lo que ha provocado que la Comisión Europea haya decidido revisar su política industrial para reducir su dependencia del extranjero. China, el mayor productor de semiconductores a nivel global, está almacenando estos componentes, aún con la crisis de escasez que se sufre en Europa y el resto del mundo. Esto se debe no solo a los problemas de transporte; sino que, además, el país asiático ha mostrado estos últimos años un mayor interés propio, frente al ansia de exportación que caracterizaba al país anteriormente. Es cierto que China sigue siendo el mayor exportador del mundo, con gran diferencia, pero las políticas gubernamentales de la región han potenciado el crecimiento interno, por lo que el país ha estado gastando enormes inversiones en semiconductores, así como en la contratación de técnicos e ingenieros con el fin de reforzar su industria.
Desde Bruselas, han asegurado que esta situación necesita una solución. Thierry Breton, comisario Europeo de Mercado Interior, ha manifestado que hace 20 años, Europa producía el 40% de las necesidades globales de semiconductores, hoy solamente el 9%. Por ello, la Unión Europea ha puesto en marcha un nuevo plan, la Alianza de Semiconductores, con el fin de desarrollar una fabricación a nivel nacional y ayudar a todos los países miembros de la UE frente a esta crisis de escasez.
¿Qué causa esta situación en la industria europea?
La Comisión Europea ha aprendido de esta situación y previsto un plan para otros componentes para el mundo tecnológico en el que nos encontramos. Son 34 los productos y 137 los materiales que Europa ha identificado de importancia estratégica. Disponer de ellos dentro de los países miembro, supondría un auténtico cambio para la UE a nivel industrial.
Además de estos planes, Bruselas ha propuesto un mecanismo de ajuste en las fronteras. Con el fin de penalizar las importaciones que procedan de países que no respeten la lucha contra el cambio climático. Este arancel supondría un golpe para el comercio internacional, especialmente a nivel industria, afectando especialmente a países como China, el cual casualmente exporta a Europa más de la mitad de los componentes estratégicos que identificaba la UE, según el Centre for European Reform. Esta nueva medida no tiene fecha concretada, pero se estipula que se iniciaría a partir de 2026. Afectando a las importaciones de acero, aluminio, cemento, fertilizantes y electricidad.
En el sector automovilístico, las consecuencias ya han salido a la luz, se han fabricado 600.000 coches menos de los previstos este año en Europa. Incluso con una previsión de llegar a un millón de automóviles menos.
Durante los próximos meses, Europa tendrá que trabajar en la mejora para que el sector industrial sufra lo menos posible las consecuencias de esta situación. En caso de perdurar, podría suponer pérdidas incalculables para no solo la industria, sino todo el mercado europeo.
