PROCESO
La metalurgia de polvos es un proceso de fabricación de piezas a partir de materiales como el acero inoxidable, acero al carbono, bronce, aluminio o incluso tungsteno. Esta operación permite producir piezas con materiales de alto punto de fusión, como el tungsteno, o incluso mezclar materiales de distintas naturalezas.
Este proceso es adecuado para la elaboración de un número elevado de piezas que, por sus pequeñas dimensiones o diseño complicado, requieren de precisión. También es adecuado cuando se necesita controlar en mayor medida la permeabilidad o la porosidad de la pieza final. El uso de dichas piezas es muy habitual en la maquinaría y herramienta industrial, la automoción o la armería. Más concretamente, son piezas como rodamientos, pistones o válvulas.
La metalurgia de polvos requiere un proceso de varios pasos, que son los siguientes.
- Obtener los polvos. A partir de varios procesos (como por ejemplo, condensar el vapor del metal o reducir los óxidos del metal), los polvos se obtienen de metales como el aluminio, el cobre o el hierro.
- Dosificar y combinar. Según la pieza final y sus características, se mezclaran polvos de dimensiones y composiciones diferentes.
- Compactar en frio. Para este paso se necesita herramientas muy concretas, que son las prensas mecánicas o las prensas hidráulicas. Estas prensas aplican la presión de manera unidireccional.
- Sinterizado. Se calientan los materiales con un horno eléctrico, cuya atmósfera debe ser seleccionada y vigilada en todo momento.
- Procesos de acabado. Este paso consiste en el tratamiento de las piezas para mejorar sus propiedades finales. El tratamiento término, el acuñado o la impregnación son alguno de estos procesos.